miércoles, 18 de junio de 2008

El cazador de estrellas


Le gustaba tumbarse a mirarlas cada noche y dejar que su mente se deshiciera en pétalos, cientos de pétalos a merced del viento que los sopla y los airea de aquí para allá. Se sentía pequeño bajo aquel manto de luces, tan pequeño, pequeño que dejaba de ser él... ¿O era todo lo contrario? No lo tenía muy claro. Le gustaba sentirse minúsculo, saber que aquel techo de guiños intermitentes lo protegía, mientras él se perdía y navegaba por el manto infinito en busca de estrellas.



"¡Ah...! y para hablar con ellas, quitaos las gafas de sol". Profesor Stellatore, De la caza contemplativa de la estrella y sus variantes, 1843.

Cada una tenía algo que decirle, algo que enseñarle sin palabras. Estas solo tenían que susurrarle al alma. No hay filtros ni intermediarios cuando la razón yace despetalada, meciéndose divertida, inocente, a voluntad del viento.

Y por eso se pierde con su cazamariposas en mano, para atraparlas, observarlas, hablar con ellas y luego dejarlas en libertad. A todas con las que ha hablado les tiene un nombre: aquella es Señorita Margarita, vieja conocida a la que acude a preguntar "cosillas del corazón", como él las llama. Más allá está Conspiradora, callada y misteriosa, confidente de deseos, no como esas ladronas fugaces que los meten en un saco y no vuelven. Entre ellas también estaban las Chismosas, que constelaban el perfil exacto de doña Rogelia; o las Calavera, que hacían lo propio con el rostro de Esquéletor, aburrido conquistador de galaxias. También conocía a La Pepis, a Bitelchús, al Marqués del Cenete, a Groucho y su puro, a Señorita de rojo, a Conejito Benito y a doña Enlatadora de melón con jamón. También estaba su madre...

Ahora sí, volvió a juntar cada pétalo —estrenaba flor nueva—. Se había comportado como un capullo en la oficina y, antes, al llegar a casa lo pagó con ella. Ya en la cama, le dio un beso y la abrazó. Con los ojos cerrados, ella esbozó una sonrisa.

Eduard Artemiev - Listen to Bach (The Earth)

11 comentarios:

Belén dijo...

Que bonito eso de juntar pétalos, será que estoy en un momento de mi vida en el que estoy un pelín cansada de estar buscandolos...

besicos

Café con Agua dijo...

Me fascinan tus blogs Nebula... Tanto, que mando alguno a mis enlaces... con tu permiso por supuesto...

Besos.

Nébula dijo...

Bueno, Belén, a veces los que somos despistadillos nos matamos a buscar sin caer que ya los tenemos en la mano o en el bolsillo, jeje.

Todo un honor, Café con agua :) Me alegro de que te gusten. Yo ya te tengo en mis feeds, así que también me pasaré a menudo.

Besos.

Rara Avis dijo...

Qué bello es juntar lo pétalos... y en ese momento abrazar a alguien...

Besitos

raf dijo...

juntar petalos a que se refiere exactamenet? parece que fuera algo mas... pero no lo capto!! :(zy

Nébula dijo...

Cuando te pierdes cazando estrellas, la mente (el mundo consciente) se deshace en pétalos, la desmontas, para luego juntar de nuevo esos pétalos tras el viaje y formar una nueva flor: ves las cosas de otro modo.

No es más que eso.

Un saludo!

Gittana dijo...

sabes???? aveces escribes con mucho sentimiento, o eres super intenso o te da por la ternura...

pero viendo tu foto del perfil...
digo... naaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!
naaaaaaaaaaaa!!!!!!!!! es salvaje!!!!!!!!!

Nébula dijo...

Jajaja, supongo que me van los contrastes. Si tuviera una foto para cada estado mental la pondría...

Paços de Audiência dijo...

La coca siempre es una buena opción para esos casos.

Anónimo dijo...

He flipado con La enlatadora de melón con jamón, me encanta!!!!! Que buenísima idea!
El texto es una delicia, me gusta, me gusta mucho y me ha encantado encontrarme a conocidos com Bitelchus.
La ilustración que has escogido es una pasada!
Un besazo!

Gittana dijo...

hermosooooo!!!! sabe que me recordo??? el principito...