"¿Quieres jugar?", preguntan las revoltosas olas. Puedes ponerte tus pies de plomo y seguir tu camino, o bien puedes calentar el soldador y fundirte las piernas hasta dejar de existir, convertirte en una de ellas. Un suicidio en toda regla.
Cobarde.
En lo que respecta al hombrecillo, optó cobardemente por ser un cero contra el caos, unos calzoncillos y unas pantuflas flotando... al sabio vaivén de la única vida que tiene. Lejos de todos esos insensatos.
En lo que respecta al hombrecillo, optó cobardemente por ser un cero contra el caos, unos calzoncillos y unas pantuflas flotando... al sabio vaivén de la única vida que tiene. Lejos de todos esos insensatos.
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