Círculos perfectos


Miles de ciclos de tiempo, de palabras dichas y por decir, de miradas y rostros familiares. Son círculos perfectos y aleatorios, cada uno con su principio y su fin, que se resguardan de la voluntad de un hombre incapaz de trazarlos a mano alzada, porque las cosas perfectas no son de este mundo.

Solo ella lo es, el olor de su pelo, aquí y ahora. "Buenos días".

De nuevo tuvo esa sensación de caer cuando dormía profundamente, aunque, esta vez, le atormentaba la idea de caer en otro lugar, como si tal cosa fuera posible. Solo sabía que no le gustaría despertarse junto a ella, mirarla y que sus ojos, su cabello, su risa y su nombre fueran otros. Ya conocía esa sensación. Sabía lo que era imaginar una vida hecha y, al día siguiente, mirarse las manos mientras todo gira alrededor; el vértigo, los créditos, el ruido blanco y vuelta a empezar. Sus manos.

Creía tenerse a sí mismo y solo tenía lo que le habían dejado. El mismo actor en una película diferente.

Aquella mañana, se quedó mirándola fijamente durante el desayuno. De su voz salían palabras que ya escuchó en alguna conversación, pero no estaba seguro. Sintió como si todas las conversaciones de una vida ya hubieran sucedido en alguna parte y estas llovieran en su mente para cobrar sentido en su aquí y ahora.


Sundown dazzling day,
gold through my eyes...

En aquel preciso instante en que sonó aquella canción, todo le pareció un distante déjà vu.

En su rostro vio una sonrisa lejana en el recuerdo, la misma mirada, otros ojos, pero tan guapa como siempre, con su abrigo blanco y su bufanda. La nieve. 

"Hola".

Definitivamente, ya había estado allí. Y en sus ojos las vio. Las estrellas no cambian.

Le mareaba pensar hasta qué punto aquel sistema de círculos y destinos interconectaba y controlaba su pequeña existencia, quería pensar que tenía la opción de decidir sobre su vida, pero todo indicaba a que solo eliges entre lo que esta te permite. Nada más. La razón estaba escrita en aquellos ojos.


Música: King Crimson - Starless